En el camino hacia la modernización, las empresas de servicios públicos se enfrentan a desafíos determinantes para integrar la inteligencia artificial (IA) y alcanzar resultados excepcionales. Superar estos obstáculos no es solo una meta tecnológica, sino un paso estratégico para optimizar la operación, fortalecer la seguridad y transformar el servicio al cliente. Algunos de estos retos son:

Muchas compañías operan sobre sistemas legados que son incompatibles con las capacidades avanzadas de la IA. El primer gran reto es actualizarse hacia una infraestructura tecnológica escalable y basada en la nube, capaz de gestionar grandes volúmenes de datos y garantizar un rendimiento confiable. Además, para que la IA funcione, necesita datos de alta calidad. Por ello, consolidar la información en una plataforma moderna que soporta un repositorio único y centralizado es imperativo para eliminar silos, asegurar la cohesión de los procesos y tomar decisiones basadas en una única fuente de verdad.
Otro desafío importante es el cumplimiento normativo y la ciberseguridad. A medida que las empresas de servicios públicos adoptan nuevas tecnologías, que a menudo implican el uso información sensible de la operación y sus clientes, estos deben garantizar que todos los procesos cumplan con las regulaciones del sector, las leyes de privacidad de datos y los estándares de ciberseguridad. Igual de importante es la preparación de la fuerza de trabajo para la adopción de dichas tecnologías, ya que el éxito de la IA depende directamente de las personas que la utilizan. Los empleados deben recibir capacitación para usar eficazmente las nuevas herramientas y comprender la información que generan.
El despliegue de IA tiene éxito cuando las empresas de servicios públicos alinean la infraestructura moderna con procesos claros, prácticas de datos seguros y equipos capacitados para actuar en función de la información obtenida, la sinergia de estos cuatro es la clave para una transformación real y sostenible.